Añade capas extra a tu cama este invierno.
La cama tiene que ser un lugar cálido, que nos ayude a descansar y nos proporcione el máximo confort, por eso durante los meses más fríos del año, en los que estamos, tenemos que adaptar la ropa de cama a las bajas temperaturas y así tener asegurado el descanso.
Cuando hace tanto frío fuera, a la hora de dormir nuestro dormitorio no debería tener una temperatura superior a 19 o 20 grados, ya que el exceso de calor perjudica el descanso nocturno, al igual que demasiado frío impide el sueño. Lo ideal es que regulemos nuestra temperatura corporal mediante la ropa de cama. El secreto está en cubrir tu cama con varias capas de ropa, así durante la noche puedes abrigarte más o menos hasta alcanzar tu propio confort térmico.
La ropa de cama debe proporcionar un tacto suave y agradable, sobre todo las sábanas. En invierno los tejidos más cálidos son la franela de algodón, la sedalina o microlina y el tejido polar o pirineo. Se trata de tejidos muy prácticos, fácilmente lavables, no se arrugan demasiado y se fabrican con diseños muy variados que se adaptan a cada estilo. Ya hemos hablado de cada uno de ellos en otras ocasiones.
Después de las sábanas seguiremos añadiendo capas a nuestra cama de invierno. Lo más tradicional es poner la clásica manta de cama. Aunque su uso es menos frecuente que hace unos años, en este momento existe una propuesta clara en el mercado para revalorizar esta prenda. Ahora se fabrican mantas mucho más ligeras, pero con excelentes propiedades aislantes y termorreguladoras. Su calor es muy agradable y además las mantas actuales son muy funcionales y decorativas. Tienen una ventaja frente al relleno nórdico, es que la cama quedará perfectamente vestida.
Otra capa: el edredón, colcha o bouti. Es la elección más actual, sin duda. En invierno los boutis acolchados crean ambientes cálidos y elegantes. Combaten el frío a la vez que decoran el dormitorio. Algunos son reversibles por lo que ofrecen dos posibilidades a la hora de decorar. Como novedad este año encontrarás el bouti manta, confeccionado en tejido de sedalina por un lado y con reverso de borreguito, la apuesta más segura contra el frío.
Rellenos nórdicos. Son más ligeros que la combinación clásica de sábanas, manta y edredón. Por sus propiedades aislantes y térmicas pueden usarse sin más pero también se pueden acompañar de más capas. Muchas personas utilizan la sábana encimera para espaciar más los lavados de la funda nórdica. Y en estos meses tan fríos no viene nada mal añadir una manta extra.
Y para finalizar, la tendencia es colocar sobre la cama una última capa, una mantita o plaid en la parte inferior, coordinando con el resto de la decoración. Puedes colocarlo perfectamente doblado o dejarlo caer, como prefieras. Por supuesto en la cabecera no pueden faltar numerosos cojines decorativos de varios tamaños, combina colores y texturas, estampados y lisos, creando tu propio estilo.
Y ahora a dormir súper calentitos!!